Prince of Persia "a secas" es la primera encarnación de la saga para las consolas de nueva generación. Atrás quedaron el inmejorale "Sands of Time", el oscuro "Warrior Within" y el último "Two Thrones".
El juego comienza con el protagonista en medio del desierto, que a perdido a su burra "Farah" en una tormenta de arena. Resulta ser que no todo es tan fortuito y sobre sus brazos termina cayendo una mujer perseguida por unos hombres armados. Como que él termina estando en el lugar equivocado en el momento equivocado (o tal vez no tanto, al menos para la mujer). Sin saber muy bien por qué, termina siguiendo a la mujer, Elika, que resulta ser una princesa acosada por su padre sin enterarnos muy bien de los detalles.
Sin que pase mucho tiempo, terminamos involucrados en una aventura donde dos dioses hermanos se peleaban por algo, y con el padre de Elika en medio venimos a tratar de salvar el mundo del dios malo de los hermanos.
Para los que entienden los mecanismos de un Prince of Persia, todo será familiar, caminar por las paredes, hacer saltos aquí y allá, hasta contaremos con la ayuda de Elika que nos salvará cuando estemos por caer al vacío y nos ayudará con el salto doble.
¿Qué tendremos que hacer ? Bueno, pues el hermano oscuro está ganando la batalla y tendremos que ir a las tierras del reino donde Ahriman tiene su poder expandido para cambiar sus estados, de oscuros y muertos a luminosos y llenos de vida.
El juego es vasto, hay mucho lugar para explorar y más de una vez uno se queda un minuto a ver la vista. La verdad es que el diseño del juego es impecable, los diseñadores tienen que haberse comido el coco para diseñar esos lugares donde el príncipe hará sus piruetas junto con Elika. Los gráficos para que se den una idea son al estilo de un Unreal Engine, pero con tonos pastel un poco a lo Borderlands. Tal vez los gráficos del protagonista y de Elika no sean maravillosos, pero el entorno sí lo es. Fertilizar las zonas oscuras y de repente ver flores y mariposas volando a todo alrededor está muy bien logrado.
Pero el príncipe no solamente tiene sus poderes acá, a medida que progresemos en la historia Elika podrá ayudarnos a activar unos lugares que nos harán viajar de un lado al otro, volar, o trepar las paredes (literalmente). El seguimiento de los escenarios no es fijo, se puede empezar más o menos por cualquier lugar, pero las habilidades destrabadas nos permitirán explorar todos los escenarios a full.
No faltan los puzzles en el juego, momentos donde tendremos que apretar alguna palanca aquí y allá para lograr alguna forma de avanzar.
Enemigos hay, pero pocos, hasta en cierta forma recuerda al concepto de "Shadow of the Colossus", donde más que nada vamos recorriendo y enfrentando a algún enemigo de vez en cuando. Este es un juego para disfrutar, recorrer, admirar, y pelear mano a mano con la espada de vez en cuando.
La música es realmente buena, merece una banda sonora aparte. La historia excelente, una lástima que a Ubisoft se le haya ocurrido concluirla en el contenido descargable y no en el disco del juego en sí (costumbre muy común en los juegos de esta generación, lamentablemente)
¿Qué es lo mejor del juego? La sensación de estar metido en hacer algo grande, es un juego para disfrutar, y uno le puede poner el ritmo que prácticamente desee. La música es sobresaliente y si bien el final no es un final en sí, puedo decir que emociona.
¿Qué es lo peor del juego? A algunos no les gustará el hecho de no morir nunca, que siempre Elika nos salvará. En ocasiones, sobre todo usando el poder de viajar por las paredes, nos encontraremos con obstáulos que nos harán volver al punto de origen casi de una forma injusta. La cámara en esos momentos no es de lo mejor y no deja ver muy bien lo que se viene.
En resumen, un juegazo como pocos, para amantes de los que disfrutan la exploración y no las batallas. Quienes buscan otro Warrior Within´ miren para otro lado.
Puntaje Final: 9.1/10
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